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Colmados legendarios - historia de la revolución alimentaria

Cultura 05/06/2024
un collage de fotos de tiendas de comestibles legendarias en barcelona

La revolución alimentaria que vivió España durante los siglos XIX y XX propició la proliferación de tiendas de comestibles, repletos de alimentos locales e internacionales.

Lo que se conocía como ultramarinos, eran establecimientos que vendían de todo un poco, productos que pudieran conservarse durante algún tiempo. Desde artículos de primera necesidad como leche en polvo, embutidos envasados o comida enlatada, pasando por vinos a granel, frutos secos o los productos que venían directamente de las colonias, como el café, las especias, el té o el azúcar.

A través del puerto de Barcelona, se comercializaban todos estos productos que llegaban de ultramar y que enriquecían sin duda la oferta de productos y permitían descubrir nuevas delicias de todo el mundo.


El verbo “colmar” define exactamente ese proceso de llenar las tiendas de productos hasta saturar su capacidad, perfectamente ordenados, visualmente muy atractivos y con delicias como vino, licores, conservas de pescado, aceites, confituras, chocolates, galletas y muchos más productos.


Estos locales han sido precursores y testigos de la evolución de nuestra ciudad y han contribuido notablemente a la revolución y calidad gastronómica de Barcelona. Siempre en barrios muy concurridos, en chaflanes, con grandes escaparates han sido un ejemplo muy importante para la publicidad y su evolución.


Con los años se han convertido en expositores de nuestra historia más cotidiana, de costumbres, de tradiciones y de los sabores de antes y de siempre. Son parte del paisaje gastronómico, de la historia de Barcelona y de la revolución gastronómica de la ciudad. Los lugares de siempre donde se ofrece esa atención tan atenta y personalizada, que dan vida a los barrios; negocios regentados por familias que han sobrevivido generaciones.


La mayoría han perdurado a través de generaciones o han sido adquiridas por empresarios emprendedores que han sabido respetar su esencia pero enfocar el negocio a los tiempos más modernos, pero con su personalidad de antaño.


Muchos de estos establecimientos se han convertido en lugares de moda para comprar o tomar algo y merecen, sin duda, una visita obligatoria en cualquier viaje a Barcelona.



Casa Alfonso

C/ de Roger de Llúria, 6 



Casa Alfonso abre sus puertas en 1934 y ha ido creciendo de generación en generación, evolucionando de colmado de ibéricos a restaurante emblemático de Barcelona.


La cuarta y quinta generación siguen con este proyecto para mantener la cocina del “chup-chup” de toda la vida y el mimo y el detalle con el que cuidaban a sus clientes sus antepasados.


En un ambiente entrañable, cálido y acogedor, con todo el mobiliario original de su época, un lugar donde poder degustar desde tapas y platillos tradicionales.



Casa Gispert

C/ dels Sombrerers, 23, Ciutat Vella, 08003 Barcelona



Horno de leña y mobiliario original en negocio familiar de 1851 dedicado al tueste de café y frutos secos. Casa Gispert es una de las empresas de alimentación más antiguas de Barcelona. La tienda se encuentra en el centro de la ciudad condal, al lado de la basílica de Santa Maria del Mar, muy cerca del Museo Picasso. Casa Gispert vende productos coloniales desde 1851: frutos secos, frutos desecados, café, té, cacao, especias como la vainilla, la canela, el azafrán… y el interior de la tienda ha sido conservado en su estado original, como un museo pero todavía funcionando.



Colmado Casa Buendía

C/ de Roger de Flor, 139, L'Eixample



Tienda de alimentación en el Eixample que ha apostado por recuperar la esencia de las tiendas de ultramarinos de Barcelona de toda la vida, apostando por un producto de primera calidad y un servicio muy personalizado y profesional.

Ofrecen una gran selección de productos artesanos y productos típicos de la Península, incluidos, embutidos y quesos, patés, dulces, aceites y conservas.

No perderse sus eventos alrededor del vermut.



Colmado Múrria

C/ de Roger de Llúria, 85, L'Eixample




Establecimiento modernista fundado en el año 1898 situado en el Eixample de Barcelona, muy cerca de La Pedrera y de la Plaza Catalunya. Especializado en productos gastronómicos catalanes e internacionales. Su fachada y su cartelería modernista, son todo un referente.


Colmado Quilez

Rambla de Catalunya, 65, Eixample

C/ d'Aragó, 241, L'Eixample



El Colmado Quílez es una institución en Barcelona, una tienda histórica de 200 m2 que abrió en 1908 como pastelería y más tarde se convirtió en tienda de ultramarinos. Fue la primera tienda de Barcelona en importar whisky escocés y comprar leche condensada. Parte del nombre actual (Colmado Quílez) se remonta a 1940, cuando dos socios, Julián Quílez y José Múrria, compraron el negocio. El nombre Lafuente se añadió en 1974, cuando el negocio fue comprado por Andrés Lafuente. 

En el Colmado Quilez se pueden encontrar 4000 referencias de alimentación, donde destacan su selección de conservas, quesos nacionales y de importación, cafés, tés, espárragos, aceites, vinagres, caviar y ahumados y 3500 en vinos nacionales y de importación, licores, aguardientes, whiskies.




Mantequería Lasierra Colmado

C/ del Rosselló, 160, L'Eixample




Ofrecen con historia, una experiencia cultural dentro de cada producto gracias a la gastronomía especializada y al trato cercano y accesible. Servicio exclusivo y de máxima calidad gracias a la atención personalizada y asesoramiento al cliente. Excelente selección de vinos, embutidos, quesos, cavas y conservas. Tan fascinante como su fachada.



Queviures Serra

C/ de Girona, 13, L'Eixample



Fundado en 1890, al poco tiempo entra de aprendiz el joven Serra, y en 1963 es traspasado a la familia Serra, quien se hace dueña del colmado.


En 2003 comienza una etapa de grandes cambios manteniendo la esencia del local. La restauración de la fachada dió paso también al cambio de nombre, que pasó de llamarse “Colmado” a “Queviures J.Serra”, con la idea de reforzar la renovación de su imagen, su esencia y tradición.



En este artículo hemos querido mencionar esos colmados clásicos que han mantenido su esencia original, que han sabido sobrevivir y que merecen ser conocidos como auténticos museos gastronómicos que han sido y son testigos directos de la historia de nuestra ciudad.




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