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Las esculturas animales más curiosas de Barcelona

Cultura 04/06/2025
wild sculptures in barcelona
Barcelona no solo es conocida por su arquitectura modernista y sus monumentos emblemáticos, sino también por su arte público sorprendente y a menudo inesperado. Entre las muchas esculturas que adornan sus calles, las figuras de animales son especialmente curiosas y llamativas. Algunas de estas simpáticas piezas, como el Gato de Botero y la Gamba de Mar, no solo son populares, sino que también se han convertido en símbolos de la ciudad, ideales para ser fotografiados y ser recordados como otros símbolos más de nuestra ciudad.

LAS ESCULTURAS ANIMALES MÁS DESTACADAS

El Gato de Botero: el entrañable guardián del Raval



Imponente, con sus formas redondeadas y su amable expresión, el Gato de Botero es ya un clásico del barrio del Raval. Obra del escultor colombiano Fernando Botero, este gato de bronce mide más de 7 metros de largo y pesa cerca de dos toneladas. Llegó a Barcelona en los años 80, y tras varias mudanzas —del Parc de la Ciutadella al Estadio Olímpico— encontró finalmente su hogar definitivo en la Rambla del Raval. Su presencia serena y regordeta no pasa desapercibida: invita a los transeúntes a detenerse y admirar su peculiar figura, los niños lo escalan, los turistas lo fotografían y los vecinos lo consideran casi un símbolo del barrio. Es una figura que invita a la sonrisa y al juego, y que encarna ese espíritu acogedor y diverso que caracteriza a Barcelona.

La Gamba del Puerto: ironía pop con sabor mediterráneo



Diseñada por Javier Mariscal en 1992 como parte del rediseño del litoral para los Juegos Olímpicos, la Gamba del Puerto (o “la gamba feliz”) es uno de los iconos más simpáticos del Port Vell. Con sus 7 metros de altura y esa sonrisa tan descarada, esta escultura de fibra de vidrio combina arte, humor y una buena dosis de espíritu mediterráneo. Aunque originalmente fue la mascota de un restaurante, el Ayuntamiento decidió conservarla como parte del paisaje urbano. Hoy en día, es uno de los componentes más fotografiados del paseo marítimo, un símbolo perfecto de la creatividad barcelonesa, representando la importante tradición pesquera de la ciudad. Es un excelente ejemplo del arte público que se fusiona con la vida cotidiana de los barceloneses.

La Jirafa Coqueta: elegancia urbana



Ubicada cerca del zoo y el parque de la Ciutadella, la Jirafa Coqueta es una escultura que sorprende por su estilización y por ese aire dramáticamente teatral con el que se presenta. Realizada por Josep Granyer en los años 70, se la considera una sátira elegante del clasicismo escultórico. Su cuello larguísimo y la forma en que gira la cabeza, como si posara para una foto o mirara de reojo, le han valido su apodo. Es una figura que mezcla arte, ironía y gracia, y que da un toque surrealista y sofisticado al paseo de la Diagonal.

El Toro Pensador: fuerza y reflexión en la Diagonal



Aunque no es tan conocido como otros monumentos, esta escultura muestra una gran expresividad. También obra de Josep Granyer, representa a un toro en actitud reflexiva, fusionando la figura de un animal con un profundo simbolismo filosófico. Sentado sobre sus patas traseras, con expresión serena y mirada perdida en el horizonte, el Toro Pensador representa la cara más introspectiva de la fuerza. Está situado justo frente a la Jirafa Coqueta, creando un curioso “diálogo escultórico” entre ambos animales. Este contraste entre la elegancia de la jirafa y la musculatura meditabunda del toro ha fascinado a generaciones de transeúntes y es una joya escondida en plena Diagonal.

Els Mistos: arte y fuego en clave monumental



Esta escultura tiene forma de un par de cerillas gigantes y, aunque no es un animal per se, el diseño que evoca al fuego y al combustible hace referencia indirecta a la naturaleza de la transformación, representando la vitalidad de los animales en su ciclo. La figura dels Mistos —una gigantesca caja de cerillas con fósforos esparcidos— incluye uno con forma antropomórfica que recuerda a un insecto gigante. Esta escultura pop, creada por Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen, se encuentra en el Parc de la Vall d’Hebron y simboliza el poder del fuego como elemento transformador. Su colorido, su tamaño descomunal y su inesperada ubicación la convierten en una de esas joyas escondidas que sorprenden a quien se aventura más allá del centro.

Barcelona es una ciudad que celebra el arte en todas sus formas, y las esculturas de animales en particular son testimonio de ello. Ya sea un gato gigantesco, una gamba o una jirafa coqueta, cada una de estas obras añade un toque único a la ciudad y es una excelente forma de explorar la Barcelona más curiosa y fascinante. No te pierdas la oportunidad de conocerlas en tu próxima visita.
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